La podología, igual que el resto de ciencias de la salud, está en continuo cambio y evolución, por lo que cada cierto tiempo el podólogo está obligado a volver a pasar por el aula. Por eso, es útil conocer las mejores técnicas de estudio tanto para el profesional ya diplomado o graduado como para el estudiante. Y la ciencia, de nuevo, viene en nuestro auxilio para ofrecernos el «top-ten» de técnicas de estudio.
Unos profesores de varias universidades de EEUU han elaborado un estudio que evalúa las 10 técnicas de estudio más utilizadas por los estudiantes. Solo dos de ellas se han demostrado realmente eficientes y algunas de las más utilizadas (como la técnica de la «re-lectura» se ha demostrado del todo ineficaz). Solo serían recomendables, según este estudio, las 5 primeras técnicas, debiendo descartar totalmente las 5 últimas. Se puede consultar libremente el PDF con el estudio (de especial interés es la tabla 4 con los resultados comparados).
Las 10 técnicas de estudio en general más efectivas son las siguiente (por orden de mejor a peor):
- Estudio con exámenes (o E3 como yo le llamo: Estudio Enfocado al Examen): se trata de conseguir exámenes de otros años de la misma asignatura y aprender a hacer los ejercicios tal cual se suelen dar en los exámenes. Este método de estudio se basa en que hay poca variabilidad en las preguntas entre diferentes exámenes de la misma asignatura (dado que lo importante siempre es importante para un mismo profesor, al menos). De esa manera se descartan fácilmente las materias accesorias y el estudiante se concentra en lo que de verdad importa. Es como si el resumen se lo hubiera hecho el profesor a través de la evaluación de diferentes años.
- Estudio distribuido: trata de la planificación del tiempo desde el primer día que empiezas a el aprendizaje hasta el último día. Requiere un gran esfuerzo por parte del alumno, pero obtiene grandes resultados a largo plazo.
- Estudio intercalado: es cuando tenemos varias materias y dedicamos unas horas de estudio a cada una intercalándolas en el tiempo. Por ejemplo, estudiamos Anatomía de 3 a 6 de la tarde y Farmacología de 6 a 9. La idea es que el cerebro se cansa de hacer siempre lo mismo y de esta manera puede alternar entre unos contenidos y otros.
- Auto-explicación: explicación a uno mismo de la relación entre diferentes materias o temas o de como se resuelve un problema. A veces también es útil explicarle a otra persona. En mis tiempos se decía que ayuda a aprender «explicarle la lección al gato». Parece que la ciencia nos da la razón.
- Interrogatorio: se basa en la averiguación de porque un hecho es verdadero, es decir, buscar el origen de aquella materia que necesitamos aprender.
- Relectura: releer y releer hasta memorizar. Esto lo hemos hecho todos alguna vez… y no es muy positivo.
- Mnemotécnicos: consiste en crear juegos de palabras, imágenes y otros elementos que hagan más sencillo el aprendizaje de elementos complejos. Aunque esta técnica está tan abajo en la lista, sí se ha probado útil para algunos grupos de personas.
- Uso de imágenes: la idea de esta técnica de estudio es formar imágenes mentales con el texto o con lo que se ha escuchado. Personalmente jamás había oído hablar de esto y dudo mucho que funcione, tal como indica el estudio.
- Resumir: se trata de resumir las lecciones, hacerlas más cortas y manejables. Según parece es una pérdida de tiempo.
- Subrayar: ¿quién no ha subrayado alguna vez con uno de esos rotuladores verde fosforito todos sus apuntes? Pues esto no sirve, es la peor técnica de estudio según los autores.
Conclusión: si quieres aprobar un examen haz un estudio enfocado a ese examen en particular y es casi seguro que aprobarás; si quieres aprender muy bien la materia, planifícate y márcate unos estrictos horarios a largo plazo. Todo lo demás puede funcionar pero no es lo más eficiente.