Síndrome de fatiga informativa

En la era de la información es difícil estar desconectado y no estar constantemente recibiendo aferencias externas. Esto causa algunos pequeños o grandes transtornos en nuestro organismo. Uno de ellos es el conocido como «Síndrome de fatiga informativa», término propuesto por el psicólogo británico David Lewis en los ’90, que se produce cuando recibimos demasiada información de manera que colapsa nuestro centro de procesamiento de la información.

Como consecuencia de esta «fatiga» se pueden llegar a desarrollar trastornos del sueño como recientemente ha señalado el doctor Eduard Estivill, responsable de la Unidad de Alteraciones del Sueño del Instituto Dexeus de Barcelona. El síndrome de fatiga informativa puede incidir tanto en la calidad como en la cantidad del sueño incidiendo, sobretodo, la denominada «información negativa», toda aquella que produzca en nosotros una respuesta negativa, de rechazo o de angustia.

El doctor Estivill, que es quién ha puesto nombre a esta patología, aclara que el problema no es la información en sí misma, sino la sobrecarga de información que sufrimos a diario. El doctor Estivill lo resume así: «las consecuencias principales en este estado de tensión continua que podemos padecer durante el día con la repercusión posterior en las horas de sueño».

La población de riesgo no se limita únicamente a los adultos, también los niños y adolescentes pueden sufrir esta patología por lo que resulta recomendable estar atento a los patrones de sueño de nuestros hijos. Por supuesto, no todo el mundo encaja igual una exposición a sobreinformación, por lo que los síntomas serán distintos y tendrán un mayor o menor impacto dependiendo de quién lo padezca. Todavía no existe un protocolo de actuación ni tan siquiera existe un diagnóstico reconocido, pero el doctor Estivill considera que la enfermedad existe y es consecuencia de nuestro modo de vida actual: «el problema es esta sociedad en la que nos ha tocado vivir: todo deprisa, sin pausa, sin tiempo para nosotros, siempre expuestos a cumplir expectativas».

Para curar la enfermedad hay que seguir unas sencillas pautas para «desconectarse»: tratar de filtrar la información, no exponerse continuamente a cualquier noticia, apagar el móvil y dejar de usar Internet 3 horas antes de ir a dormir. El cerebro necesita descansar.

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