Prácticamente todos hemos pasado en algún momento de nuestra vida por la desagradable necesidad de llevar una «escayola». Dan calor, no te puedes rascar si te pica, tienes dificultades para ducharte o para ponerte la ropa… Son problemas que durante años se han sobrellevado con estoicismo porque «no hay otra alternativa».
Sin embargo, el futuro es bastante prometedor. Una vez que los científicos han fracasado en la búsqueda de una píldora que permitiera sustituir a las férulas, los ingenieros y diseñadores se han puesto manos a la obra para tratar de solucionar los problemas generados por la necesidad de inmovilización de un miembro. Los pacientes, especialmente los niños, lo agradecerán. El primer ingenio es un material textil inteligente que al aplicarle vacío se endurece como una escayola. Es algo así como si se desinflara y pasara de ser un material maleable y ajustable a cualquier parte del cuerpo a ser un elemento rígido que mantiene la posición en la que se ha estabilizado por parte del profesional médico. Es una solución ideal para la ortopedia ya que disminuiría las molestias ocasionadas por el exceso de presión y además sería una solución mucho más rígida. Otro invento que fue presentado el verano pasado fue el Cortex. Se trata de una estructura reticular en forma de maya que mantendría la rigidez propia de una escayola pero sin las complicaciones que esta presenta. El paciente podría ducharse, vestirse y rascarse sin ningún impedimento. La idea es que al paciente se le realice un escaner en 3D del miembro a inmovilizar y se proceda acto seguido a la creación de una estructura con la forma exacta necesaria usando una impresora 3D. El problema de esto es el precio inicial, que todavía sería muy alto. Un invento muy similar es el Ostenoid. Se trata de una estructura similar en la forma al Cortex pero que incorpora un sistema de ultrasonidos que ayudarán a la pronta recuperación del paciente. El uso de ultrasonidos está avalado científicamente (de hecho existen aparatos de ultrasonidos para acelerar la curación de fracturas) y el nuevo modelo de férula sería sin duda un avance para el paciente ya que, como en el Cortex, podría llevar una vida más normal que con las clásicas escayolas. ¿Vosotros qué pensáis? ¿Veremos estos aparatos en nuestra clínicas o se quedarán en «una buena idea» pero sin proyección comercial?