La cirugía percutánea del pie (o cirugía MIS, «minimal incision surgery») es un procedimiento quirúrgico que permite al podólogo realizar intervenciones con incisiones mínimas ocasionando así menores traumas para el paciente. Este procedimiento, al evitar exponer los diferentes planos quirúrgicos, exige un control radiológico durante la intervención.
Se trata de un procedimiento que se lleva a cabo en un quirófano ya que a pesar de la mínima incisión no se considera una intervención menor. Eso sí, se utiliza anestesia local, normalmente solo se anestesiará desde el tobillo hacía abajo. Esto permite disminuir mucho las posibles complicaciones que una anestesia general produce.
De una intervención con cirugía percutánea, el paciente sale andando por su propio pie (normalmente con un zapato especial post-quirúrgico). Una semana más tarde se le quitarán los puntos si todo ha ido bien y al cabo de un mes empezará ya a usar su propio calzado como solía hacerlo antes de la intervención. Es decir, el paciente puede caminar hasta casa, ir a comprar o hacer vida normal desde el primer día mientras eso no requiera un gran esfuerzo del pie afectado. Sin embargo, al tener que llevar un zapato especial, otras actividades de la vida normal, como podría ser conducir, no las podrá hacer hasta que se lo retiremos (aproximadamente un mes después).
Por cierto, estamos hablando siempre de «el pie» y no «los pies» ya que los problemas que trata la cirugía percutánea no son nunca aconsejable resolverlos en los dos pies a la vez por la posibilidad de reaparición del problema. También conviene recordar que no todos los problemas podológicos se pueden resolver con estas técnicas, incluso es posible que algunos problemas típicos de la cirugía percutánea como son los dedos en garra o los «juanetes» no sean aconsejables tratarlos con MIS. En cada caso decidirá el profesional que le intervendrá.
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