Reflexiones de un podólogo exiliado

Nos ha llegado un email de un compañero que hace una reflexión acerca del futuro de la podología en España. Nos ha parecido interesante publicarlo y con su permiso y de forma anónima para respetar su voluntad hemos decidido publicarlo. Si quieres publicar algún artículo, reflexión o información en el blog de PodoRed, solo tienes que escribirnos (info@inusion.es).

Terminé la carrera hace ya 6 años, en la época en la que todo el mundo podía encontrar un lugar más o menos virgen para abrir una clínica y empezar a ganarse la vida. Todos mis compañeros de promoción así lo hicieron y ahora tienen clínicas que mejor o peor les permiten vivir dignamente. Yo elegí otro camino, busqué aprender más antes de enfrentarme en solitario a los problemas que pudieran llegar hasta mi consulta. Me equivoqué. Pasé casi dos años aprendiendo en la consulta de un podólogo «veterano» a cambio de prácticamente nada y cuando creí que ya no tenía más que aprender salí al mundo real y me topé con la realidad de un país en el que no quedaba ya prácticamente «negocio» para establecerse.

Quizás fue por la crisis, quizás fue por la superpoblación de podólogos o quizás simplemente fue porque en mi zona hasta el pueblo más pequeño tenía su podólogo, pero el caso es que no encontré mi sitio y decidí marcharme de España en busca de oportunidades para vivir dignamente de aquello que estudié y que me apasiona. Sé que podría haberme quedado y haber emprendido un nuevo negocio a lo loco y quizás hubiera podido desplazar a otro compañero que ya estaba establecido en la zona, pero sinceramente, no me apetecía.

Así que viajé con todas las dificultades que eso implica (la convalidación de títulos es una pesadilla) por varios países europeos buscando mi sitio, trabajando para terceros por poco más de lo que me costaba el alojamiento y la comida. Y la experiencia aún así fue muy positiva, aprendí mucho y conocí otras formas de hacer podología o mejor dicho, de gestionar la podología. Además últimamente he tenido la oportunidad de viajar por trabajo a EEUU y Australia y ver cómo se organizan allí y, supongo, que eso será en en un periodo más o menos corto de tiempo lo que llegará a Europa y luego a España.

En EEUU por ejemplo, no tienen un problema generalizado de exceso de podólogos como tenéis en España, sin embargo hay muchos estados «productores» de podólogos y otros que son receptores. Hay estados dónde no caben más podólogos y otros (como Nueva York) que necesitan podólogos. Así que, al final, lo que hay allí es mucha emigración interna, gente que busca dónde trabajar. Creo que eso empieza a ser la España de hoy, un estado productor de podólogos que exportará podólogos a toda Europa (aunque para eso es necesario que se homogeneicen las competencias y se facilite la movilidad mediante una flexibilización en la manera de convalidar los títulos).

La otra gran diferencia que hay entre las clínicas podológicas de España y del resto del mundo es que en España la norma (no siempre, hay excepciones) es que un podólogo abra su negocio y quizás contrate a otro podólogo con el tiempo, pero poco más. Incluso en el caso de las policlínicas, como mucho existe un profesional de cada especialidad, raro es que haya dos. Mientras que en Europa, EEUU y Australia, lo normal (aunque también haya excepciones) es que el podólogo o el resto de profesionales de la salud no sean los que asuman la responsabilidad de crear la clínica, gestionarla y mantenerla, sino que es una persona (el emprendedor) quién realiza todo el desembolso inicial y prepara la clínica para que en ella trabajen VARIOS podólogos bajo su gestión. Es decir, que el podólogo solo se ocupa de lo suyo, de la podología, de aprender, de formarse y de atender a los pacientes. Además al tener una relación directa y competitiva con otros podólogos el desempeño general aumenta.

Y esa es mi reflexión acerca del futuro de la podología en España: vamos a ir hacía un modelo más flexible de movilidad y con clínicas gestionadas por profesionales de la gestión, no por profesionales de la salud.

Guardaremos con cariño este email y este artículo para ver si dentro de unos años se va cumpliendo lo esperado.

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